Guillermo Martínez; un madrileño de 23 años, siempre tuvo la inquietud de fabricar sus propios juguetes. Hace unos años llegaron al mercado las i
Guillermo Martínez; un madrileño de 23 años, siempre tuvo la inquietud de fabricar sus propios juguetes.
Hace unos años llegaron al mercado las impresoras 3D domésticas, pero los precios eran inalcanzables para un joven con mucha ambición pero no demasiada solvencia económica. Fue a comienzos del 2017 cuando; una vez se consolidó este mercado, los precios bajaron y la posibilidad de adquirir una impresora 3D se hizo realidad.
No tenía ni idea de su funcionamiento, pero no le importó y por 150 euros se compró una. Tiempo después y tras haber invertido su tiempo y su talento (tutoriales, YouTube y blogs) comienza a imprimirse sus propias piezas y modelos.
Este cúmulo de circunstancias, unido a un viaje que nuestro protagonista realizó a un orfanato en Kenia hizo que le surgiera la pregunta que cambiaría su vida: ¿Hay gente en Kenia que pueda necesitar ayudas de implantes o prótesis? En poco tiempo comenzó a recibir fotos de adultos y niños que realmente lo necesitaban. La iniciativa fue todo un éxito que le sirvió para tratar de llegar a todas las personas del mundo.
Actualmente este joven solidario ha logrado que las prótesis prediseñadas se puedan descargar de internet.